Historias de un desembarco pirata (y II)
La fotografía es un punto importante, casi central, en los 'blockbusters'. Y el equipo técnico no iba a dejar pasar la oportunidad de reflejar, e incluso resaltar, la belleza de los paisajes caribeños, el mar y las islas exóticas por las que transcurren las aventuras de nuestros piratas. Es aquí donde el homenaje que se hace a 'Monkey Island' es obvio, con esa bruja-pitonisa que hace recordar (la escena del pantano es prácticamente un calco) a la mítica saga de juegos de PC.
¿Y qué decir de las interpretaciones? Johnny Depp repite personaje por primera vez en su carrera, y lo hace con aquél que tanta (aún más) fama le ha reportado: el capitán Jack Sparrow. Si bien en la primera parte, su actuación es brillante, en esta ocasión se le ve un poco exagerado, aunque he de reconocer que esto pueda deberse en parte a que el film en su conjunto tiene demasiados aires de grandeza y que el factor sorpresa ya ha perdido su sentido. Depp vuelve a meterse de lleno en el papel, pero quizás le haya traicionado ser conocedor de lo que supuso su anterior caracterización. Orlando Bloom interpreta al guapo, leal y aventurero Will Turner como puede: correcto pero sin llegar nunca a brillar. Keira Knightley, que a pesar de contar ya con cierta madurez interpretativa, adquirida y reconocida especialmente tras su trabajo en 'Orgullo y Prejuicio', tampoco logra hacer una actuación destacable, muy en la línea de su compañero en pantalla. Pero, a pesar de que su rostro se hace (casi) irreconocible, quien hace una notable actuación es Bill Nighy, en su papel de Davy Jones, al llenar de carisma a su personaje, llegando a infundirle respeto a pesar de lo cómico (¿o tenebroso?) del rostro.
Así pues, nos encontramos ante una película que, en su intento de entretener y ser más grande y espectacular que su predecesora, gana en lo visual, en detrimento de la originalidad y el guión que hizo a la Maldición de la Perla Negra un éxito hace unos años.
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